Disciplinas

  • Psicología y Neuropsicología
  • Logopedia
  • Fisioterapia
  • Terapia Ocupacional
  • Formación
  • Recursos Humanos y Voluntariado
  • Enfermería y Atención Sociosanitaria
  • Técnicos en estimulación: Psicomotriz, enseñanza y musicoterapia.
  • Otros profesionales: Secretaría, trabajo social.

NEUROPSICOLOGÍA

La Neuropsicología es un área dentro de la psicología que estudia las relaciones entre el cerebro, las actividades mentales superiores y el comportamiento y las emociones. Entre sus objetivos se encuentran la descripción, el diagnóstico y el tratamiento de las alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales secundarias a daño cerebral estructural o funcional.

Si la intervención está centrada en maximizar las funciones cognitivas preservadas y/o residuales del paciente con el fin de enlentecer el curso de la enfermedad estaríamos hablando de estimulación cognitiva, cuyos objetivos son:

  • Mejora de la calidad de vida de la persona con deterioro cognitivo.
  • Fomento de la autonomía personal.
  • Potenciación de sus capacidades y habilidades (Cognitivas, funcionales y sociales) preservadas.
  • Enlentecimiento del proceso de deterioro.
  • Fortalecimiento de la autoestima y mejora del estado psicoafectivo.

Si la intervención está centrada en reentrenar o recuperar las habilidades que se han perdido tras una lesión o enfermedad cerebral, nos referimos al término rehabilitación neuropsicológica, cuya finalidad es mejorar el funcionamiento adaptativo y la calidad de vida del paciente y permitir tanto a él, como a sus familiares, manejar, sobrellevar o reducir los déficit cognitivos, los problemas conductuales y las alteraciones de la personalidad, lo que implica el esfuerzo de un equipo terapéutico y un proceso interactivo y dinámico entre paciente,  familiares y terapeutas.

Para ello hay que planificar un programa de intervención que incluya cuáles son los déficits cognitivos, de qué manera éstos causan los problemas del paciente, qué factores influyen en dichos problemas y qué se puede hacer para mejorar (Halligan & Wade, 2006); como objetivos dentro de la rehabilitación están:

  • El restablecimiento o refuerzo de patrones de conducta previamente aprendidos. 
  • El establecimiento de nuevos patrones de actividad cognitiva, por medio de estrategias sustitutorias. 
  • La introducción de nuevos patrones de actividad gracias a mecanismos compensatorios internos o externos.  
  • La ayuda al paciente y a su familia para adaptarse a la nueva condición de discapacidad y mejorar el funcionamiento global.

Los procesos cognitivos que pueden verse alterados tras daño cerebral son: 

  • Orientación
  • Atención
  • Percepción
  • Praxias
  • Memoria
  • Lenguaje 
  • Funciones Ejecutivas

Orientación: es la capacidad que nos permite tener presentes y saber utilizar los datos básicos de la realidad en la que vivimos; el lugar en el que nos encontramos y la identidad de nuestra propia persona. Sus componentes más importantes son: orientación temporal, espacial, de la persona y el esquema corporal. Requiere de una integración de la atención, percepción y memoria.

Atención: es la capacidad de generar y mantener un estado de activación que permita un adecuado procesamiento de la información, proporcionando precisión, velocidad y continuidad a la conducta. Cuando resulta alterada compromete el funcionamiento de otros procesos cognitivos, como la percepción, la memoria o el lenguaje.

Percepción: es la manera cómo se interpreta y se comprende la información que se ha captado a través de los sentidos. 

Praxias: consisten en la ejecución de movimientos intencionales y organizados por parte del sujeto. Es la acción motora que comprende planificación, programación y ejecución.  

Memoria: nos permite almacenar experiencias y percepciones, para evocarlas posteriormente, reflejando nuestras experiencias pasadas y adaptándonos a las situaciones presentes, guiándonos hacia el futuro (Sohlberg & Mateer, 1989). 

Lenguaje: es un sistema de códigos que designan los objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los mismos” (Luria, 1977).

Funciones ejecutivas: son procesos cognitivos de orden superior, destinados a dirigir, valorar, regular y controlar nuestra conducta para que ésta sea eficaz y adecuada al contexto. Para ello, se ven implicadas operaciones cognitivas relacionadas con la capacidad de iniciar una tarea, la formulación de metas, la planificación para lograrlas y los pasos para realizarlas de un modo eficaz; especialmente en la resolución de situaciones novedosas, imprevistas o cambiantes.   

A nivel conductual, podemos encontrar las siguientes manifestaciones: 

  • Agitación
  • Deambulación: en la cual la persona muestra gran desorientación y camina sin rumbo fijo.
  • Irritabilidad y agresividad, tanto física como verbal.
  • Desinhibición conductual: se manifiesta a través de acciones inadecuadas con respecto a las normas y los distintos contextos sociales, y una dificultad en el control de los impulsos.
  • Apatía o falta de motivación e iniciativa para la programación, iniciación y regulación de las actividades.

Los déficits producidos por el daño cerebral adquirido y/o las enfermedades neurodegenerativas, pueden tener una importante repercusión en el desempeño de las habilidades de la vida diaria, tanto básicas (aseo, vestido…), como instrumentales (cuidado de otros, desenvolvimiento en la comunidad…) y avanzadas (educación, trabajo, tiempo libre…). Es por ello que puede dar lugar a una importante disminución de la calidad de vida, tanto de la persona directamente afectada, como del resto de la unidad familiar a la que pertenece.

Algunos afectados, así como sus familiares cercanos, pueden encontrarse en riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y/o depresivos, entre otros, debido a la sensación de activación, impotencia y sobrecarga que puede surgir como consecuencia de la situación en la que se ven inmersos…, y es muy frecuente la aparición de sentimientos de miedo, soledad e inadaptación.

Por todo lo anterior, uno de los objetivos principales de la rehabilitación desde el área de psicología consistirá en el acompañamiento de pacientes y familiares en la adaptación a la nueva situación, lo que redundará en una mayor estabilidad a nivel emocional y comportamental y, por ende, en una mejor calidad de vida.

LOGOPEDIA

La logopedia es la disciplina que engloba el estudio, prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana: alteraciones de la voz, de la audición, del habla, del lenguaje (oral, escrito, gestual); y de las funciones orofaciales y deglutorias. La premisa principal del logopeda es rehabilitar, en la medida de lo posible, las funciones alteradas y, ayudándose de las preservadas, dotar al paciente de estrategias de uso de sus habilidades, intentando que aprenda a combinarlas de manera útil y funcional con vistas al manejo e interacción de estas durante la realización de las actividades de la vida diaria.

De manera más específica, AECUM se centra en dar ayuda a personas con Daño Cerebral Adquirido (DCA). Este se define como una lesión que se produce de forma repentina en el cerebro debido a causas externas o internas. Las causas más comunes del DCA son los traumatismos craneoencefálicos (TCE), los accidentes cerebrovasculares (ACV o ictus), los tumores cerebrales, las anoxias cerebrales y las infecciones cerebrales. 

Entre las secuelas más habituales que pueden aparecer después de sufrir daño cerebral adquirido están las relacionadas con problemas en la comunicación, trastornos del lenguaje o en la deglución. Estas secuelas se denominan de la siguiente manera:

  • Alexia o dislexia: dificultades en la lectura y/o escritura
  • Disgrafía o agrafía: trastorno relacionado con las dificultades en la escritura.
  • Afasia: alteración del lenguaje ocasionada por un daño cerebral.
  • Disartria: afectación del sistema nervioso central y/o periférico que provocan alteraciones en la ejecución del movimiento necesario para hablar, así como la respiración, la fonación, la prosodia y la articulación.
  • Disfagia: alteración o dificultad para ingerir alimentos y/o saliva en cualquier estado y en cualquiera de las fases deglutorias, consecuencia de una alteración estructural o funcional, que provoca un debilitamiento de la musculatura.

Siendo la afasia y disfagia aquellas que más tienden a aparecer. Respecto a las afasias, las características que más se observan son: dificultad para acceder a las palabras y/o decirlas, fluidez verbal aumentada o reducida, esfuerzo a la hora de hablar, alteración de la entonación, incapacidad para nombrar cosas, etc.

En lo que refiere a la disfagia, aparecen alteraciones de la eficacia (desnutrición y deshidratación) o de la seguridad (aspiración y neumonía, obstrucción, atragantamiento). Se puede observar una alteración deglutoria cuando la persona tose en exceso durante la ingesta.

Respecto al daño cerebral infantil, se puede definir como las secuelas producidas por un agente que lesiona el sistema nervioso en la infancia y que provoca una sintomatología que presenta repercusiones en todos los aspectos de la vida del menor. Los agentes causantes más comunes suelen ser los tumores e infecciones, pero estas lesiones en el sistema nervioso central pueden estar producidas por traumatismos craneoencefálicos, ACV o anoxias.

Las secuelas, al igual que en el adulto, abarcan todos los ámbitos de la vida, tanto físicos como cognitivos. A nivel físico podemos encontrar alteraciones de la marcha, el tono muscular, hemiplejia, temblores, problemas en la deglución… A nivel cognitivo, problemas de memoria, conductuales, de atención, del lenguaje…

Debemos tener en cuenta diversos aspectos a la hora de trabajar con un niño que ha sufrido daño cerebral. Cuando sucede la lesión es una persona en desarrollo. Dependiendo de la edad tendrá adquiridos diferentes aprendizajes, no se debe tratar igual un niño que ya ha adquirido una parte del lenguaje a aquel que no por su edad cronológica.

En resumen, la logopedia especializada en daño cerebral adquirido puede ayudar a adultos, niños y jóvenes a desarrollar su potencial y alcanzar sus metas de comunicación, alimentación e ingesta de líquidos, realizándose un trabajo directo con la persona y su círculo más cercano.

FISIOTERAPIA

La Fisioterapia neurológica es la rama de la fisioterapia que se encarga del tratamiento de las lesiones del sistema nervioso central y periférico, que afectan al movimiento, patologías como las secuelas de un Ictus, traumatismos craneoencefálicos, tumores cerebrales, lesión medular, escleoris múltiple, etc.

La actuación fisioterapéutica va encaminada a reeducar las funciones motoras que se han visto afectadas, a conseguir una mejora física, a potenciar la movilidad del paciente, evitando por tanto patrones posturales y de movimiento que provoquen dolor o malformaciones futuras. También previene complicaciones y compensa los déficits que el daño cerebral provoca.

Se utilizan diferentes estrategias de intervención como son: Bobath, Brünnstrom, Perfetti, FNP, etc. La elección del método de tratamiento se hará en base a las necesidades del paciente y su situación clínica.

TERAPIA OCUPACIONAL

La Terapia Ocupacional es una disciplina socio-sanitaria cuya función principal es promover, mantener o restaurar la salud, prevenir la discapacidad y fomentar la independencia y la autonomía del individuo, mejorando así el desempeño ocupacional del paciente en todos sus aspectos (autocuidado, trabajo y/o estudios, relaciones sociales, actividad espiritual y tiempo libre). Tras una lesión cerebral, aparecen limitaciones funcionales desencadenadas por secuelas físicas y de movilidad, cognitivas, emocionales, conductuales y de comunicación, que restringen la participación en las diferentes actividades que el paciente previamente realizaba.

Por ello, desde Terapia ocupacional pretendemos dotar a la persona con daño cerebral adquirido de una mayor autonomía e independencia en la realización de sus Actividades de la Vida Diaria, que incluyen la alimentación, el vestido, el aseo personal, el control de esfínteres, las transferencias y los desplazamientos, la preparación de las comidas, el uso del teléfono, el manejo de la medicación, realización de compras y manejo del dinero, uso de medios de transporte, realización de tareas domésticas etc. Como hemos mencionado anteriormente, además de las actividades anteriores, también trabajamos otras áreas importantes como el descanso, la educación, el trabajo, el ocio y la participación social.

Así, partimos siempre de una evaluación especializada de la persona, valorando el impacto de las alteraciones sobre su vida diaria, para, después, plantear un plan de tratamiento adecuado a cada persona. Trabajamos a través del diseño de actividades con objetivo terapéutico, para recuperar, reeducar o sustituir las funciones motoras, sensoriales, cognitivas o psicosociales deterioradas.

Por último debemos destacar que no sólo intervenimos sobre la persona que ha sufrido un daño cerebral, sino que también evaluamos el contexto que pudiera afectar a la participación de ésta en la realización de cada una de las Actividades, para adaptar o modificar el entorno, ayudando con todo ello a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.